martes, 3 de diciembre de 2013

40 millones de entrenadores

Todos hemos hecho alguna vez de entrenadores del Madrid, del Barsa, del Atleti, de la Selección....
Todos hemos opinado sobre que jugador pondríamos, que sistema utilizaríamos, como plantearíamos un partido....



En definitiva, todos hemos corregido a gente como Mourinho, Guardiola, Del Bosque, Simeone....

Y si hacemos eso con los profesionales, ¿Qué no seremos capaces de hacer con el entrenador "modesto"?

El fútbol es un deporte donde hay cabida para muchas formas de jugarlo y entenderlo, y eso es lo que lo hace tan bonito, siempre y cuando respetemos la opinión de los demás, y en el caso que nos ocupa, respetemos la labor del entrenador.

En el futbol base todos los entrenadores tienen que lidiar con un quebradero de cabeza añadido a las labores propias como mister, y este quebradero no es otro que los padres.
20 padres a los que les gusta el fútbol, que ven fútbol y que entienden de fútbol y que en el 99% de los casos verán el equipo de manera diferente a como el entrenador lo ve.




Una de las cosas más complicadas para un entrenador es tener a todos los jugadores contentos, como ya vimos en la entrada "Toma de decisiones", pero el asunto se complica más aún cuanto debes tener contentos a los padres/madres de esos jugadores.

La mayoría de las veces los padres actúan de buena fe, intentando aconsejar al entrenador y hasta ahí todo esta correcto.
El problema llega cuando esas opiniones diferentes al entrenador se las trasladan a sus hijos, en ese momento, los jugadores pueden empezar a dudar del entrenador ya que para ellos la figura del padre es más fuerte que la del entrenador y siempre la opinión del primero prevalecerá sobre la del segundo.



Los jugadores pueden dejar de creer en lo que el entrenador les quiere transmitir, porque, poniendo un ejemplo,  si en casa les dicen que seria mejor jugar presionando arriba la salida del balón pero el entrenador cree que es mejor presionar a medio campo, el día del entrenamiento van a estar cuestionándose los ejercicios porque sus padres les han dicho que eso no funciona.

Es importante que los padres sean una parte activa del equipo, pero sumando, nunca restando. Al final, deben comprender y entender, que quien toma las decisiones es el entrenador, el cual, se equivocará muchas veces, pero si es lo suficientemente bueno, se dará cuenta de esos errores.

Padres que me leéis, dejad trabajar a los entrenadores tranquilos, no lieis a vuestros hijos con informaciones opuestas a las que les dan desde el banquillo y por favor, nunca desautoricéis al entrenador, hacednos el trabajo más fácil.



Y para acabar una frase que me dijo un profesor del curso de entrenadores...

"Entrenadores de pensamiento hay muchos, pero el entrenador de verdad es el que tiene las agallas de ponerse a dirigir un equipo"

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