Un trabajo específico de suma importancia dado los buenos resultados que puede traer.
Para empezar este artículo vamos a ponernos en situación con algunos datos estadisticos del fútbol al máximo nivel:
La temporada 13/14 se marcaron 176 goles de estrategia lo que supone un 16,8% de todos los goles de la liga, eso quiere decir, que de cada 10 goles que se marcaban, 2 eran a balón parado (aprox).
Esta temporada, la media se mantiene, pero hay un equipo que la explota muy por encima de esa media (doblándola), el Atlético de Madrid ha marcado 17 de sus 50 goles con jugadas de estrategia (corners, faltas), lo que supone un sorprendente 34%.
Ello pone de manifiesto la importancia que puede llegar a tener esta faceta del juego si se trabaja adecuadamente.
Partiendo de la premisa de que la estrategia a balón parado no se debería empezar a trabajar hasta , mínimo, categoría Infantil, ya que es en esa categoría donde los conceptos técnicos que los jugadores llevan aprendiendo desde categorías de iniciación han empezado a ser asimilados, y por lo tanto se puede dar un salto en la formación. Pero esto es solo mi opinión.
Si ya entrenamos en una categoría con los jugadores en la fase final de su formación o en una categoría puramente competitiva, es muy interesante dedicar un día a la semana (o una parte de una sesión) a entrenar un abanico de jugadas (no demasiado amplio, para no liar a los jugadores).
Este año, en el Cadete A del Fuenlabrada C.F., dedicamos un tiempo a ensayar un par de jugadas de cada tipo (corners, faltas laterales....) cada viernes.
El resultado no podía ser más satisfactorio, ya que la pizarra nos ha dado 12 goles de los 27 que llevamos (casi un 50%), y lo que es más importante, nos han supuesto directamente 13 de los 31 puntos con los que disfrutamos en la zona tranquila de la clasificación.
Hay que conocer muy bien a los jugadores de los que disponemos, quien es buen rematador, quien tiene buen golpeo de balón....para dar a cada jugador una función dentro de la jugada.
Esa función puede ser la de realizar el remate final o la de ser el encargado de la acción de "engaño" al rival mediante desmarques para crear espacios a otros compañeros.
Siempre se deben tener un par de jugadas, las cuales marcará el lanzador, para poder crear más confusión e incertidumbre en el rival.
La jugada a ensayar debe ser lo más simple posible, ya que en la simpleza estará el secreto de que funcionen.
Y sobre todo, pese a que funcionen (sobre todo si funcionan) , cambiarlas periódicamente, porque no hay nada más fácil de defender para un rival, que un equipo que siempre realiza las mismas jugadas para atacar.
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