jueves, 15 de mayo de 2014

Cuando el entrenador se equivoca

Durante el tiempo que llevo con este blog (casi un año ya y 44 entradas) os he hablado de como es la vida de un entrenador, os conté lo difícil que era tomar decisiones, os hablé de como era un domingo de partido para el entrenador, también os conté que no todo es un camino de rosas y que esto no esta "pagao". Os expresé la satisfacción que sentía al ir cumpliendo objetivos o al realizar las jugadoras un partido perfecto que se había trabajado durante la semana.

Hoy os vengo a hablar de la única faceta del entrenador que aún no habiamos abordado, cuando nos equivocamos en el planteamiento y el equipo pierde.




Como os venia contando estas semanas, el pasado fin de semana disputamos una autentica final frente al C.D. Sonia Bermudez, ganar era la única opción para seguir teniendo opciones de estar en las semifinales de la Copa de la Federación Madrileña.

Durante toda la semana trabajamos la presión que suponíamos íbamos a tener por parte del equipo rival. Velocidad en el juego era nuestra arma para combatir esa presión asfixiante que sabíamos que el equipo del Sonia Bermudez iba a realizar, además de impedir que sacasen el balón desde atrás para robar en posiciones de peligro y mantener el balón lejos de nuestra portería.

Llegó el partido y nuestro "plan perfecto" parecía que funcionaba, las chicas salieron enchufadísimas y motivadísimas y en el minuto 10 nos pusimos 0-1. En ese momento llegó el cortocircuito en el banquillo.

La duda asaltó la cabeza del cuerpo técnico, ¿qué hacemos?, ¿a guardar el resultado o nos vamos a por el 0-2?, demasiado pronto para defenderlo, pensamos, al mismo tiempo que veiamos que se le estaba haciendo mucho daño al equipo rival....

En definitiva, en un error fatal, pensamos que el 0-2 estaba más cerca que el 1-1.

No contamos con el calor asfixiante que fue mermando las fuerzas de nuestras jugadoras poco a poco mientras seguían presionando y buscando el gol de la tranquilidad, y así, según pasaban los minutos, nuestro equipo se fue desinflando mientras las locales iban ganando metros, ya no eramos capaces de robar en posiciones de peligro y en cuanto el Sonia Bermudez cambió el ritmo, nos asfixió con su presión.

Los últimos minutos del primer tiempo nos encerraron y fruto de eso llegaron dos goles, en dos corners, en los minutos 37 y 41 del primer acto.

Ahora teníamos por delante 40 minutos para remontar un partido, sin apenas fuerzas y tocados en la moral tras esos dos goles en el final del primer tiempo, el equipo lo siguió intentando, pero fue imposible y si no llega a ser por la estelar actuación de nuestra portera, la derrota hubiese sido más amplia que el 2-1 definitivo.

Las jugadoras lo dieron todo, acabaron extenuadas y si no se llevaron algo más positivo, quizás fue por el error desde el banquillo de ordenarlas ir a por más cuando igual teníamos que haber dado un paso atrás y defender el resultado..

Esto me escribió un amigo en Twitter al contarle lo sucedido:


Bromas aparte, tiene razón, ¡de los errores se aprende y siempre se puede sacar algo positivo!

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